Ahora que comienza el frío, a la mayoría se nos han acabado las vacaciones. Pero todos sabemos que cuando sentimos verdadero amor por nuestra casa rodante, no podemos separarnos de ella demasiado tiempo, ya sea una caravana, una autocaravana o una camper.
Cuando volvemos a nuestra rutina habitual, en nuestro día a día, pensamos a menudo en ella, en cómo está, en lo que hay que retocar, en que tenemos que cuidar esto o lo otro, hacerle un apaño aquí y allá, instalarle esto o lo otro… todo con el fin de conseguir que nuestra caravana o autocaravana funcionen a la perfección y que esta se adapte perfectamente a nuestras necesidades y exigencias.
Comienza el frío, la época de los bricotrucos, la época en la que los fines de semana nos escapamos a nuestra caravana no precisamente para hacer turismo, sino para modificarla, arreglarla, asearla y dejarla tal y como nosotros queremos. Oye y lo hacemos con gusto, pues es nuestra “casita”, nuestro templo vacacional en el que por las noches no se oye ni un alma, en el que somos nosotros mismos y nos relajamos hasta tal punto de olvidarnos de la agobiante rutina habitual.
¿Qué suelen hacer los campistas con sus casas rodantes en esta época? Desde LuxeCaravaning te damos algunas ideas para que en el momento en el que la cojas para irte de vacaciones te sientas de lo más orgullos@ de lo bonita que está y de lo bien que funciona todo.
– Proteger los bajos de la caravana con caucho líquido, brea o spray antigravilla: no son pocos los manitas que cada ciertos años, o dependiendo del material que utilicen, de forma permanente, pintan o refuerzan los bajos de la caravana, ya sea para evitar que el suelo cruja a causa de la humedad o simplemente para asegurar y reforzar el suelo de la misma.
– Engrasar zonas clave de la caravana o autocaravana: estos vehículos con los años pueden necesitar engrasar ciertas zonas como los cables de los frenos, la parte móvil del cabezal de enganche, las bisagras de la puerta.
– Quitar pegatinas envejecidas: en ocasiones la caravana nos viene directamente con alguna pegatina, en otras somos nosotros mismos los que con la ilusión del viaje le pegamos pegatinas propias como recuerdo. Sin embargo, las inclemencias del tiempo hacen que estas no duren para siempre. A la hora de quitar una pegatina de la chapa hay que andarse con mucho ojo y nunca utillizar productos agresivos como acetona o gasolina, pues pueden dañar la chapa o quitarle brillo. Es recomendable utilizar productos de tiendas especializadas (limpiadores especiales para vehículos) aunque cuesten un poco más caros, y si la pegatina tiene mucho tiempo, darle primero con un secador para ablandar primero el pegamento y terminar el proceso con un trapo, agua y jabón.
– Montar un portabicicletas: es importante tener en cuenta el lugar exacto en el que se van a transportar, además del número de bicicletas que vamos a llevar. Generalmente estos llevan un manual de instalación, el cual si seguimos paso a paso no dará ningún problema. Ten cuidado al taladrar de no dañar ninguna parte importante del interior, es decir, que solamente sea pared y que no haya nada susceptible de romperse pegado a la pared interior. En ocasiones si se instala encima de la lanza no es necesario realizar ningún agujero. Tener en cuenta el número de kilos que pueden llevarse en en la pared en la que se instala el portabicicletas, un dato indicado generalmente por el fabricante.
Son casi infinitas las posibilidades de innovación y de mantenimiento que te permite una caravana: renovar las tapicerías y revestimientos interiores, montar un estabilizador, instalar un toldo, instalar oscurecedores, mosquiteras, un ventilador extractor, mantener la rueda jockey, instalar un ventilador en el techo…
Seguro que se te ocurre alguna de ellas como excusa para visitar tu amada casa rodante los findes de semana otoñales y de este modo dejarla a punto para tu próxima aventura.
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