Encerrar a un creativo entre cuatro paredes es perjudicial. Todos los creativos lo saben y la mayor parte de sus jefes (si es que los tienen), también.
Es por ello que el joven cineasta Zach Both, cansado de estar encerrado cada día en la oficina de 9 de la mañana a 6 de la tarde en la start-up en la que trabajaba como director artístico, se percató con solo 23 años de que sus mejores ideas no surgían en la oficina.
El director, diseñador y realizador comenzó a estresarse, viendo que sus ideas eran cada vez más flojas, por lo que decidió darle una vuelta a su espacio de trabajo.
Para poder acceder a ideas más originales, sacó 3.900 dólares de su cuenta bancaria y compró una furgoneta Chevrolet Express de segunda mano, concretamente del año 2003, blanca y con unos 300.000 kilómetros recorridos.
“Grabar es, por naturaleza, un ejercicio nómada, porque requiere moverse a diferentes lugares en función del guión”, explica el director al famoso periódico New York Times. Y no solamente grabar, sino escribir, crear, inventar, idear… uno necesita un espacio para poder encontrar la inspiración.
Aunque no tenía muchos conocimientos técnicos, con ayuda consiguió reformar la furgoneta para convertirla en su espacio de trabajo, un lugar con el que podía escaparse, pensar y madurar sus ideas y que a la vez le pudiese servir para pernoctar durante los días de rodaje.
Para ello, decoró la habitación con un estilo contemporáneo, añadiendo madera tanto en techo como en paredes e instalando una cocina con encimera y horno, una cama convertible en sofá, un escritorio para trabajar en la postproducción de vídeo y un frigorífico, además de añadir pizarras pegadas en el interior de las ventanas para poder plasmar sus ideas y para organizarse.
En el techo de la furgoneta, instaló paneles solares para poder emplear esa energía en el frigorífico y también instaló una red wifi móvil para acceder a Internet desde cualquier lugar.
Both afirma que “con esta furgoneta, ahora tengo la libertad total. Por lo tanto, puedo redactar un guión estando rodeado de montañas, filmar directamente una escena en una ciudad determinada y luego trabajar con un compositor en Los Ángeles, por ejemplo. Y todo ello en el mismo mes, algo que me sería imposible de otra forma.”
El año pasado Both estrenó su furgoneta en lo que llamó una “gira creativa” viajando por todo EEUU y colaborando con distintos artistas y escritores. Os dejamos fotografías del antes y del después.